El Obispo
El Obispo

Padre Pedro Aguado Cuesta

+ Nacido en Bilbao el 26 de junio de 1957.
+ Fue ordenado sacerdote el 13 de junio de 1982.
+ Emitió la profesión simple el 24 de agosto de 1975 y la solemne el 25 de agosto de 1979 en la comunidad «San José de Calasanz» de Pamplona.
+ Ordenado obispo de Huesca el 14 de junio de 2025.

Biografía

Estudios:

1978: Estudios de Magisterio en la Escuela de Formación del profesorado «Nuestra Señora de Begoña» de Bilbao.
1982: Licenciado en Ciencias Eclesiásticas por el Centro Superior de Teología, dependiente de la Universidad de Navarra.
1988: Licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Deusto.

Tareas pastorales con los Escolapios:

Ecónomo en distintas comunidades de la Orden de los Escolapios:

1975-1978: Juniorato 1 de Bilbao.

1978-1982: Juniorato 2 de Pamplona.

1982-1985: Comunidad Juan XXIII de Pamplona, donde fue también responsable de la Pastoral vocacional.

1982-1985: Responsable de Pastoral del colegio Calasanz de Pamplona.

1985-1995: Responsable de Pastoral del colegio Calasanz de Bilbao.

1985-1995: Rector y maestro de juniores de la Provincia de Vasconia.

1988-1995: Asistente provincial de la Provincia de Vasconia.

1995-2007: Superior provincial de la Provincia de Vasconia.

2007-2009: Superior provincial de Emaús.

2012-2021: Vocal del Consejo Ejecutivo de la Unión de Superiores Generales.

2009-2025: Superior general de la Orden de las Escuelas Pías.

2009-2025: Presidente de la Comisión de Educación de las Uniones de Superioras y Superiores Generales.

2016-: Consultor de la Congregación para la Educación Católica de la Santa Sede.

Fue ordenado obispo en la S. I. Catedral de Huesca el 14 de junio de 2025. Nombrado obispo por el Papa Francisco el 29 de marzo de 2025.

Tomó posesión de la diócesis de Jaca al día siguiente, domingo 15 de junio de 2025, en la S. I. Catedral de esta diócesis.

Escudo Episcopal

El escudo tiene un centro, que es la CRUZ. Quiero expresar con ello la centralidad de Jesucristo en mi vida, en mi misión y en la vida de la Iglesia. Esa cruz termina en forma de báculo pastoral, queriendo expresar que el seguimiento de Cristo es anuncio y acompañamiento de la comunidad cristiana, y testimonio creíble ante el mundo de que Jesús es el único Señor.

Los cuatro símbolos que he introducido en el escudo quieren expresar lo que soy y lo que ha ido configurando como religioso y sacerdote a lo largo de mi vida. La propia identidad, si es cristiana, es abierta y misionera, pero es también fruto de la historia. No he elegido ningún símbolo ligado a ningún lugar concreto, ni siquiera al lugar en el que nací. Son símbolos que expresan mi experiencia de vida y de fe y que proyectan y fortalecen mi vida.

La imagen de María con el niño, asociada a la espiritualidad mariana que siempre he vivido como escolapio, inicialmente inspirada por la Virgen de Begoña y profundamente amada en la advocación de la Reina de las Escuelas Pías.

El escudo es el de la Orden de las Escuelas Pías, a la que pertenezco. Desde niño estudié con los escolapios, y ahí descubrí mi vocación. En la Orden he ido creciendo, y desde la Orden fui llamado al episcopado por el Papa Francisco. El escudo representa la protección de María para con sus hijos escolapios y todos los niños y jóvenes.

Las sandalias de San José de Calasanz, fundador de las Escuelas Pías, conservadas en Roma, desgastadas de tanto caminar. Es un símbolo de la entrega a la misión, que deseo que siga marcando mi caminar.

Y, finalmente, un cuaderno y un lápiz, símbolos de la pasión por la educación, que marca completamente mi vida y vocación.

El escudo expresa la identidad que me ha ido configurando. Por eso, pido a Dios que en mi servicio como obispo pueda seguir testimoniando, de modo creíble, que Cristo es la respuesta a todas nuestras preguntas, que María nos ampara y protege, que la misión sólo puede ser llevada adelante con pasión y día a día, que la Iglesia apuesta por la esperanza y busca que los jóvenes puedan construirla, y que el agradecimiento hacia lo que cada uno ha vivido en su historia personal ayuda a descubrirse pequeño y bendecido. Sé de Quién me he fiado.

Lema: Scio enim cui credidi (2 Tim 1, 1)

El lema está tomado de la segunda carta de Pablo a Timoteo. Pablo invita a Timoteo a vivir con autenticidad su fe en el Señor Jesús, a pesar de las dificultades que pueda experimentar. El apóstol expresa la razón de su esperanza: “sé de Quién me he fiado y sé que tiene poder para ayudarme a llevar hasta el final el encargo que me da”.

Esta convicción ha animado desde el primer momento mi vocación religiosa y sacerdotal, y la he podido experimentar en las diversas etapas de mi vida y servicio eclesial. Y confío en que así seguirá siendo, en esta nueva encomienda que he recibido: servir a la Iglesia y a la sociedad como obispo. “Scio enim cui credidi; sé de Quién me he fiado”.

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