In Cartas del padre Pedro

Os he hablado de tres descubrimientos: la oración, la misión y la comunidad. Los tres juntos les ayudan a descubrir lo que más profundamente deseaban: descubrir a Jesucristo.

Hay un momento en el que Jesús se anima a preguntarles algo muy fuerte: ¿quién decís vosotros que soy yo? (Mt 16, 13-24). Es Pedro el que se atreve a responder y dice algo formidable: “Tú eres el Cristo”.

Pero sabemos que esa respuesta de Pedro no estaba bien asumida por él, porque se niega a aceptar las consecuencias de esa afirmación (la pasión de Jesús). Por eso, el Señor se enfada con él.

El proceso de Pedro es muy valioso para nosotros, para entender el nuestro. Pedro ama a Jesús, le reconoce como el Mesías, pero no entiende las consecuencias de esa afirmación. Y en el momento clave, traiciona al Maestro. Pero le ama, a pesar de sus traiciones. Por eso llora amargamente. Y en el momento final, Pedro ha cambiado. Jesús le pregunta tres veces si le ama el que más. Y Pedro responde sin titubeos: “Señor, Tú sabes que te amo”.

Pedro ha caminado mucho. Ha avanzado bien en su camino. Hay todo un itinerario en Pedro, que nos enseña mucho para nuestro propio camino. Jesús no le pregunta ni por sus cualidades, ni por sus títulos, ni por su currículum. Le pregunta simplemente si le ama. Esta es la pregunta a la que hay que responder.

Nuestro camino de fe consiste en descubrir a Jesús y amarle crecientemente, día a día, según nuestra vocación. Este es el camino que hace San Pablo, que nos lo expresa de modo precioso en sus cartas (por ejemplo, en 1 Tes 5, 12-28). Éste es el descubrimiento de Lorenzo y de Orosia. Esta es el descubrimiento de cada uno de nosotros. Si leemos nuestra historia con ojos de fe podemos comprobar que es así: nuestro camino es un proceso progresivo de conocer y amar a Jesús, compartiendo ese amor en la Iglesia, convirtiéndolo en servicio y fortaleciéndolo con la oración.

Esto es ser cristiano, y así se lo voy diciendo a todos los jóvenes (que son muchos) que he ido confirmando estos meses: la fe consiste en apasionarnos por Jesús, seguirle y serle fiel. Y esto último se las trae; los que vamos sumando años lo sabemos bien.

Nuestro reto es ofrecer a todos esos jóvenes que se confirman una propuesta de vida y de fe desde la que puedan seguir creciendo. Eso es hacer Iglesia.

Gracias por vuestra ayuda y que Dios os bendiga.

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