+ Vicente Jiménez Zamora
Administrador Apostólico de Huesca y de Jaca
Escucha la carta pastoral AQUÍ.
Nuestra Iglesia diocesana en camino sinodal hacia el Jubileo del año 2025
Después del descanso merecido del verano, en el que hemos podido reponer fuerzas físicas y espirituales, el Señor nos llama a trabajar en su viña con renovado empeño. Con esta breve carta pastoral os anuncio la Programación de este nuevo curso, que será presentada a toda la Diócesis en este mes de septiembre, según calendario que se indicará oportunamente.
En situación de Sede Vacante. Nuestra Diócesis está en periodo de Sede Vacante. Como decía en mi saludo y mensaje de presentación, este periodo de interinidad “no debe ser un tiempo de inmovilismo pastoral ni de paro encubierto, porque el Espíritu Santo sigue guiando a su Iglesia, que en este momento histórico de cambio de época es una Iglesia Sinodal: comunión, participación y misión”.
Dos ejes o focos pastorales: el Sínodo y el Jubileo del año 2025. Por eso, en comunión con toda la Iglesia y en sintonía con el Sucesor de Pedro, el Papa Francisco, nuestra Programación Pastoral para el curso 2024-2025 se estructura en torno a dos ejes o focos pastorales ya enunciados en el título de nuestra Programación Pastoral: El Sínodo y el Jubileo del año 2025.
Conocimiento y aplicación por parte de todos. Todos los diocesanos, sacerdotes, miembros de vida consagrada y fieles laicos debemos conocer y poner en práctica la Programación Pastoral 2024-2025, en señal de comunión eclesial, conscientes de que el trabajo pastoral y comunitario no depende sólo de nuestro esfuerzo, sino que principalmente es obra de la gracia de Dios, que actúa en su Iglesia y en cada uno de sus miembros por medio de Jesucristo, fuente de nuestra alegría para anunciar el Evangelio: Si el Señor no construye la casa, en vano trabajan los albañiles” (Sal 126).
La Programación Pastoral es la hoja de ruta y la carta de navegación para todos los que formamos la gran familia de la Diócesis.
La Virgen María, modelo de nuestra Iglesia diocesana en salida y en misión. La Madre del Evangelio viviente es manantial de alegría para todos nosotros, porque Ella aprendió a descubrir la profundidad, la presencia y acción del Espíritu en su vida. Nuestra Señora es modelo de evangelizadores, pues es portadora del Salvador como esclava del Señor, mostrándolo y entregándolo a la comunidad cristiana.
Que nos acompañe en el camino sinodal y en la preparación y celebración del Jubileo del año 2025 la poderosa intercesión de la Virgen María tan querida y venerada en nuestra tierra.