En Cartas del Obispo, Obispo de Huesca

Queridos niños:

Habéis pasado unos meses de descanso, de deporte, de actividades al aire libre, de muchas horas de piscina y de bicicleta, de viajes y de visitas a los familiares del pueblo. También habéis tenido tiempo para leer, para dibujar, para pintar, para cantar, para hacer cuentas. Os habéis divertido con los videojuegos y habéis visto muchos dibujos animados y películas infantiles.

Ahora disfrutáis de la ilusión de un nuevo curso. Vais creciendo y encontráis novedades cada año: maestros, compañeros, aulas, instalaciones, libros, materiales y mucho más.

Vuestra familia os ha apuntado a catequesis. Algunos de vosotros ya conocéis esta experiencia desde el año pasado y os alegra ver de nuevo a amigos y catequistas.

Las personas mayores recordamos durante toda la vida el día de nuestra Primera Comunión. Si les preguntáis a los que están cerca de vosotros, os contarán muchos detalles de lo que vivieron y sintieron en aquellos momentos. Os hablarán de ilusión, alegría, nervios, paz, amistad y amor.

Ha llegado el tiempo de vuestra preparación. Vais a conocer más y mejor a Jesús, que quiere ser vuestro mejor amigo. Conoceréis los milagros que hacía, las palabras con las que se comunicaba con las personas, las acciones que dejaban asombradas a la gente.

Jesús rezaba con mucho sentimiento, enseñaba como el mejor de los maestros, curaba a los enfermos, animaba a los que estaban tristes, tenía muchos amigos, caminaba de un lado a otro y siempre iba haciendo el bien.

Hoy Jesús también sigue hablando, cuidando a las personas, enseñando a todos. Oímos su palabra cuando nos juntamos para rezar o cuando leemos la Biblia. Nos cuida y siempre está atento si hablamos con Él. Nos enseña a través de los catequistas, sacerdotes, familiares y otras muchas personas.

Con Jesús a vuestro lado ya no estaréis nunca solos. Además, Jesús os abre la puerta de una gran familia: la Iglesia. Es un grupo de personas de distintas edades, de diferentes culturas, de muchos países, que sienten el amor de Dios, que viven su fe y que comunican con su vida una Buena Noticia que llamamos Evangelio.

Os felicito por estos pasos tan importantes que estáis dando. Ya sabéis que todo lo que hacemos tiene consecuencias. Con Jesús a vuestro lado será más fácil sonreír, estudiar, ayudar en casa, respetar a las personas con las que vivís, compartir, rezar, ir a Misa los domingos y acordarse de los niños que no tienen nada.

Recordad que Jesús os quiere mucho.

También yo os llevo en el corazón.

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